El
juicio a Pepe Mel parece a punto de acabar. En ocasiones, este juicio parecía casi
ganado, pero la situación se tornó en contra del entrenador bético hace tres o
cuatro semanas, cuando arrancó una dinámica negativa que aún en el día de hoy
no ha acabado.
Dicha racha de malos resultados y mal juego, sumado al paupérrimo balance del Betis en el Villamarín, donde todavía no ha ganado ningún partido, ha colocado a Pepe Mel en la picota, y tras el partido de hoy, condena al entrenador blanquiverde culpable de la situación deportiva del club. Tal vez quede alguna esperanza para el todavía entrenador bético, ya que un equipo está formado por jugadores y cuerpo técnico, y los primeros muestran una actitud derrotista y pasota. Una herida de bala nunca se cura con una tirita.
Dicha racha de malos resultados y mal juego, sumado al paupérrimo balance del Betis en el Villamarín, donde todavía no ha ganado ningún partido, ha colocado a Pepe Mel en la picota, y tras el partido de hoy, condena al entrenador blanquiverde culpable de la situación deportiva del club. Tal vez quede alguna esperanza para el todavía entrenador bético, ya que un equipo está formado por jugadores y cuerpo técnico, y los primeros muestran una actitud derrotista y pasota. Una herida de bala nunca se cura con una tirita.
En el
partido, el Betis nunca se encontró, y se mostró muy incómodo ante un Getafe
que supo cómo y a qué tenía que jugar para hacerse con la victoria. El Getafe
dominaba, y probó a Adán en un par de ocasiones. Por su parte, el Betis,
superaba a duras penas las trabas que el conjunto azulón le ponía en el
partido, y contó con escasas oportunidades para batir a Vicente Guaita. Las
aficiones mantenían su propia guerra fuera del terreno de juego, la siempre fiel
hinchada del Betis burlaba a las desangeladas gradas del Coliseum, aunque algo
más coloreadas que en partidos anteriores. Lo que no suponían los aficionados
béticos es que su equipo fracasaría una vez más. Como dice el dicho, quien ríe
el último ríe mejor.
El
juego se endureció aún más tras el descanso. El colegiado, que no tuvo
demasiados problemas en el día de hoy, mostró amarilla a Piccini, Vargas, Bruno y Pezzella. Comenzó arrollador el Betis,
que necesitaba como agua de mayo el descanso para reflexionar e intentar reflotar
un barco que navega a la deriva desde hace varias semanas. A pesar de la
intentona visitante, ni Rubén Castro, ni Jorge Molina, ni Joaquín, ni Van
Wolfswinkel lograron superar la rocosa defensa local, que constituye el
principal baluarte del conjunto de Fran Escribá. El Betis se fue diluyendo con
el paso de los minutos, hipnotizado por el ritmo monótono que imprimió el
Getafe al encuentro. Corría el minuto 57 cuando una buena jugada local
desembocó en un barullo en el área de Adán, donde Álvaro Vázquez aprovechó la
confusión para hacer el primero de la tarde.
Mazazo
para el Betis, que estaba obligado a intentar a la heroica el empate. Del dicho
al hecho hay un hecho, y el Betis no creó sensación de peligro a excepción de
un acercamiento de N’Diaye que acabó perdiéndose por la línea de fondo. El Getafe se mostró sólido en todo
momento, cómodo en una situación que no agradaba nada a los 200 aficionados
béticos desplazados hasta Getafe, que observaron con sus propios ojos el
agravio de la decadencia bética, que parece no tener fin.
Y esta podría
ser la crónica de una muerte anunciada, la de Pepe Mel como entrenador del Real
Betis. Una apasionada historia de amor entre club afición y entrenador que
atraviesa una profunda crisis que puede provocar su divorcio. Pese a la mala
dinámica, el Betis se mantiene a 5 del descenso mientras que el Getafe sube
como la espuma, se sitúa a 8 del descenso y encadena 5 partidos sin conocer la
derrota.
Redactado por @chiky_DMG18.
Redactado por @chiky_DMG18.
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